miércoles, 25 de marzo de 2015

Un viaje a China (IV)

En nuestro último día en Pekín fuimos a ver el gran símbolo de China: la Gran Muralla.

Primero que todo, deciros que la muralla china no pasa por Pekín Pekín, está a las afueras, bastante a las afueras. Nosotros, a diferencia de la mayoría de turistas extranjeros, íbamos por libre, a nuestra bola, dependiamos del transporte público para desplazarnos. Así que tuvimos que tomar el autobús que utilizaban todos los locales y que conectaba Pekín con Badaling, el tramo más concurrido de la muralla.


Para nuestra mala suerte, aquel día justamente fue nublado. Me llamó la atención el gran contraste que existe cuando te alejas de la caótica Pekín, cuando te encuentras inmerso por aquella megalópolis eres incapaz de imaginar que nada más salir de las circunvalaciones te sumerges en un profundo bosque montañoso donde se respira aire "puro".

La muralla es cara, ahora no recuerdo cuanto, pero no te puedes marchar de China sin haber puesto un pie en una de las nuevas siete maravillas del mundo. Sin embargo, creo que esta parte del viaje no la hice bien. Como ya dije anteriormente, ir por libre tiene sus inconvenientes y sus ventajas, he de decir que en este caso en concreto fue un gran incoveniente. ¿Por qué? Pues por los motivos que comentaré a continuación.


Badaling es el tramo más concurrido, y China es el país más poblado. Esta ecuación da como resultado unas aglomeraciones inhumanas que te impiden disfrutar del impresionante monumento que estás visitando. Y todos estos turistas son chinos, chinos de provincia que al verte gritarán "Laowai" y correrán a ponerte a sus asustados hijos a tu lado para hacerse la foto y presumir luego en su pueblo de su foto con el extranjero. Al principio esto me encantaba, no hubo día en que alguien no se hiciera una foto conmigo. Al final acaba cansando. Y yo por lo menos era moreno, de piel oscurita, que el orden de preguntarme de dónde era solía ser. "¿Amelican?" "No" "¿African?" "WTF? No, Spain, Europe" Supuse que se referían a moro, porque allí europeo lo relacionan con altos rubios y arios y yo no encajaba precisamente. Otro dato curioso es que parece que para ellos latinoamérica no existe, América es U.S.A y ya está. España es famosa en China, sobre todo gracias al fútbol que aunque no lo creaís causa furor en el país asiático. Aunque no tanto como las guiris pelirrojas que no se pueden mover sin que las acribillen a fotos.



Después de comer, perdí 100 EURAZOS, repito, me desaparecieron de la cartera 100 EURAZOS que serían unos 8000 yuanes, toda una pasta en China y que seguro que le arreglé el mes alguna familia. En fin, como suelo decir cada día en China dio para mil anécdotas. Prosigo, después de comer y perder semejante cantidad de dinero (mi presupuesto era de 400 euros para 16 días, con lo cual me tuve que ajustar mucho el presupuesto en adelante) me dirigí a las trece tumbas Ming, que me habían vendido como la panacea desconocida y para nada. Me pareció bastante prescindible que sólo se salvó por una representación muy bonita que hicieron de lo que solían ser las coronaciones imperiales o su equivalente chino, no me enteré muy bien.


Mi viaje por la capítal China había llegado a su fin, pero el viaje por China no había hecho más que empezar. Me despedí del Norte de China con un buen sabor en los labios y una firme conclusión: Pekín podría ser la ciudad más bonita del mundo, patrimonio no le falta, población tampoco, poderío económico ni se duda, sin embargo está mal cuidada. El tráfico caótico (caótico de verdad), la contaminación, el fevor propagandístico al régimen y la onmipresente policia que a veces llega a incomodar.

Me despido de este post sin terminar el día, porque el viaje entre Pekín y Xi'an merece su propia entrada. Dejo como colofón final la foto de este nativo que me encontré esperando el autobús a Badaling, en su ferviente momento llegué a pensar que tenía los ojos azules pero ahora examinando la foto veo que no, que quizás eran verdes. Sea cual sea la respuesta tenía unos ojos que destacaban entre la población china que por lo general es bastante homogénea, aunque yo en Pekín vi de todo ¡Hasta albinos!