sábado, 31 de diciembre de 2016

2016 Jo competeixo

Soy un chico de tradiciones, me gustan, me sacan una sonrisa. Esta es ya la tercera ocasión que hago esto, un resumen de lo mejor de cada año. Han sido tantos los momentos que sólo será una lista, breve, de frases sueltas e inconexas pero que espero leer dentro de unas décadas y que me sigan recordando que no paramos de crecer y evolucionar.

Me corté las manos colocando trozos de vidrio rotos a modo de trencadís.
Te regalé el disco de Jota Pelirrojo que sé que tanta ilusión te hacía.
Canté Adele a pleno pulmón sobre un puente de Roma.
La pizza de brócoli y beicon de aquel paki fue la mejor que hemos probado.
Asistí a misa después de... pero porque era del papa Francisco, no se asusten.
Dimos volteretas a medianoche en la plaza San Pedro porque estábamos nosotros solos a excepción de un grupo de carabinieri que nos miraba raro,
Huimos del fuego.
Me metí en el parking del Mercadona de debajo de tu casa,
Colgamos una foto nuestra en un callejón del Carmen donde antaño solíamos ir los viernes por la noche cuando venías a Valencia.
Nos hicimos una foto en el ascensor, porque yo soy muy de tradiciones.
La casa estaba tan sucia que la limpiamos sin que nadie nos dijese nada.
El día del examen diluvió y yo me puse a llorar como un crío porque no sabía desempañar los cristales.
Hicimos dos horas de cola delante de la Fnac para conocer a Manel y cuando llegó mi turno no me salieron las palabras.
Volviste a raparme la cabeza otro año, porque yo soy muy de tradiciones.
Fuimos a empalme a hacernos fotos al atardecer y luego cenamos en un WOK.
El robot completó el recorrido y quedamos terceros.
Me regalaste un ukelele azul oscuro.
Ens vam posar de genolls.
Subimos todos, o casi todos, a la azotea de una torre alta para hacernos una foto, porque yo soy muy de tradiciones.
El cielo se llenó de fuegos artificiales y mientras, nosotros, bailando hasta que todo acabe.
Nunca olvidaré la noche de aquel debate a cuatro.
Os fui a buscar con curasanes a la estación porque las disculpas hay que pedirlas con chocolate.
Lloré de rabia e impotencia la noche de las elecciones.
A la tercera fue la vencida, la que entendió entendió.
A la tercera me saqué el carné.
Me grabaste un CD con los mejores éxitos de las Bistecs y Cecilio G.
Te caíste por una cárcava.
Todavía no sé si le hemos pagado al taxista de mytaxi aquel trayecto hasta tu casa.
Aquella noche de verano en Deseo fue muy mítica.
Capturé un Dratini en la playa del Puig.
Fuimos a bucear y vimos pulpos y nudibranquios.
Te dibujé en un lago de Escocia.
No salimos de fiesta por Glasgow porque conocimos a un americano y nos pasamos la noche hablando.
Esa tailandesa que fumaba tanto sólo quería volverse en nuestro coche y lo sabes.
¿Por qué Escocia está plagada de Drowzees?
Mis básicos conocimientos de chino sirvieron para que nos invitasen a un cumpleaños aquella noche.
El fuc2016 fue todo un éxito, a pesar de la lluvia,
Volviste de Chile.
Algo en mi interior quería que ganase Trump.
Mejor dicho, algo en mi interior quería que Hillary perdiese.
Te dijeron que sí, que habías aprobado y que te ibas a Australia.
Estamos ya muy viejos para atiborrarnos en un buffet libre de pizza del Domino's.
Tuve una crisis creativa, de qué estoy haciendo con mi vida y todo eso pero ya se ha pasado.
Montamos una revista y conocimos a gente interesante.
Discutimos bajo la tormenta.
Me gusta el espectáculo, qué se le va a hacer.
Volví a jugar a Pokémon después de diez años y me emocioné, me emocioné mucho, Muchas gracias a los tres por el regalo, habéis acertado.
Escogí a Popplio porque tú me lo dijiste, yo quería a Rowlet y lo sabes. Hoy en día no me arrepiento.
La canción más escuchada de este año ha sido Sabotatge según Spotify.


Espero el 2017 con cierta expectación, sin expectativas pero con expectación. Estoy seguro de que habrá muchos cambios, algunos ya los sé, otros me estoy esforzando por que ocurran y hay unos últimos que simplemente dejaré que pasen.

Finalmente, si te has sentido aludida/o en alguna de las frases anteriores, muchas gracias por haber formado parte de este 2016.


sábado, 21 de mayo de 2016

Sabotatge, repaso breve y (esta vez no tan) improvisado del segundo año de carrera.



Otro año más, y creo que voy a empezar a convertir esto en tradición, me hallo ante la tesitura de tener que resumir en un par de lineas cual ha sido para mí el balance general de lo que ha significado este curso de la carrera.

Sin más dilación, y dejando a un lado mis apuntes de empresa y electrónica, adelante.

El año pasado llegué a la conclusión de que tras nueve meses en la universidad mi mochila había salido como había entrado, e igual, incluso un poco más rota. Por suerte, este año, puedo afirmar que no ha sido así. He aprendido mucho, nunca suficiente, pero mucho. Agradezco haberme juntado con gente con tanta iniciativa, que me arrastrase a proyectos a los cuales yo solo no habría llegado nunca.

Sin duda alguna las expectativas lo son todo, y tal y como entré el año pasado esperando encontrar la panacea y finalmente me topé con una repetida seria de desilusiones y cristales rotos sobre mi vida universitaria, este año ha debido ser al revés, y puesto que no partía de ninguna idea preconcebida sobre lo que me debía ocurrir o quería que me ocurriese, las sorpresas del destino han ido transcurriendo unas tras otras, y a pesar de algunas grandes frustraciones (a la tercera irá la vencida, Mario) afirmo rotundamente que los pasos que he seguido creo que van en la buena dirección.

Otro detalle del que me he percatado es que si funciona la universidad es gracias a su alumnado. Las asignaturas, al menos tal y como están concebidas en mi carrera, una de las supuestamente más creativas de todo el campus, impiden al alumno desarrollarse y crecer. Y lo afirmo y lo reafirmo. Los horarios, los corsés, las entregas de trabajos estúpidos destinados a escribir con tiza sobre pizarra unos conocimientos para después derramar encima un cubo de agua, son constantes. Es difícil no contagiarse en ciertos casos de la desidia que esto provoca, pondré por ejemplo que para tres asignaturas diferentes se propuso en un principio el rediseño de una plancha. Las tres, de lo mismo, simultáneamente. De verdad, semejante falta de ingenio por parte del profesorado llega a resultar en algunos casos exhaustante.

Y luego llega lo peor, cuando profesores con un alto sueldo y un trabajo acomodado y envidiable como ninguno, los cuales se dedican a ver la vida y a sus alumnos pasar delante de sus ojos sin importarles lo más mínimo lo que puedan o no aprender (no todos, hay excepciones eso sí), los cuales llegan media hora tarde y se marchan media hora antes, te dan lecciones sobre iniciativa, sobre motivación, sobre porqué el rediseño de una batidora debería resultarte excitante y casi que provocarte una erección.

Finalmente diré, que lo que más me ha decepcionado del curso ha sido darme cuenta que en ocasiones parece que lo que se busque potenciar sea una equilibrada mediocridad. Y utilizo mediocridad siendo consciente de que no es la palabra más correcta para lo que quiero expresar y de que en algunos casos yo también me considero mediocre. Pero echo en falta una motivación por parte de la escuela en sí de descubrirte a ti mismo, de querer superarte y trascender esa mediocridad. Pues cuando lo intentas te topas con frases de algunos profesores como "esto no es lo que os estoy pidiendo", "vais a presentar algo de últimos cursos de carrera y eso no es lo que quiero", "cíñete a los requerimientos", "enhorabuena todos tenéis un 9"... no sé como expresarlo, espero que me entendáis. Y aún así no soy tan hipócrita, yo también me aprovecho de esta situación, sobre todo ante trabajos tan estúpidos y monocromáticos como las citadas planchas y batidoras.

Por suerte este año he descubierto que donde realmente se aprende es fuera de las aulas, que las notas solo son cifras y que mientras se apruebe todo, hay cosas más importantes. Ese ha sido un paso, descubrir que existe un mundo más allá, el siguiente es más difícil y no quiero generarme expectativas... pero es que es tan difícil no hacerlo :)